La importancia de recibir personalmente tu auto detallado
Hace unos días, recibí un mensaje de un cliente alrededor de las 8 de la noche: "Oye, sabes qué, me quedaron algunos detallitos mal. No pude recibir yo el coche, pero aquí te mando las fotos". Al revisar las imágenes, noté que los detalles eran mínimos: un poco de residuo de cera aquí, un cristal un poco manchado… nada grave, nada estructural, nada que no se resolviera en cuestión de minutos.
Recordé entonces la conversación con mi detallador. Él había terminado el auto a las 6 de la tarde y quien lo recibió no fue el dueño, sino otra persona. Esa persona revisó, le pareció bien y el auto se entregó. Pero cuando el dueño lo vio más tarde, ya en su casa, comenzó a analizar cada centímetro, a buscar detalles, a intentar encontrar imperfecciones. Y claro, las encontró, porque cuando uno busca algo con ese nivel de minuciosidad, siempre habrá algo que mejorar.
El problema
Esta historia no es un caso aislado. Nos ha pasado otras ocasiones: cuando el cliente que contrata el servicio no es quien recibe el auto, más tarde encuentra detalles y pide garantía.
Es un patrón recurrente. Llega, revisa con su propio estilo, y encuentra lo que otra persona pasó por alto. Y esto no es cuestión de mala intención, sino de expectativas. Cada quien tiene su propia manera de inspeccionar las cosas. Algunos son más relajados, otros más detallistas, pero lo cierto es que la única revisión que realmente importa es la del dueño del vehículo.
Cuando esto sucede, el cliente no solo siente que algo no se hizo bien, sino que se pierde la experiencia completa de recibir su coche impecable. Y al no haber estado presente, su mente comienza a jugarle una trampa: la falta de la emoción de la entrega se convierte en la necesidad de encontrar fallas. Es como si, al no haber tenido ese momento de satisfacción inmediata, su cerebro tratara de compensarlo buscando detalles que justifiquen volver a involucrarse en el proceso.
La solución: el "360 grados"
Para evitar cualquier malentendido, desde el inicio explicamos el alcance del servicio en lo que llamamos el "360 grados". Este proceso consiste en una revisión previa donde el detallador habla con el cliente sobre:
El estado actual del vehículo.
Los procesos que se van a realizar en el detallado.
Qué se puede esperar como resultado final.
Basándonos en nuestra experiencia, podemos predecir con bastante precisión cómo quedará el auto después del detallado. Esto ayuda a que las expectativas sean claras y realistas, evitando sorpresas desagradables. Al finalizar el servicio, el cliente ya sabe exactamente qué buscar y cómo evaluar el resultado. Y lo más importante: queda satisfecho en el momento de la entrega.
El impacto en el trabajo y la garantía
Por supuesto, respaldamos la calidad con garantía. Si hay algo que deba corregirse, lo hacemos sin problema. Pero aquí hay un punto clave que muchos clientes no consideran: cuando solicitan una corrección después de la entrega, esto implica reorganizar la agenda del detallador, hacer un ajuste logístico y, en algunos casos, hasta perder un día de trabajo por algo que pudo haberse solucionado en tres minutos al momento de la entrega.
Es por eso que insistimos tanto: tómate esos cinco minutos para revisar tu auto al momento de la entrega. Hazlo con calma, con la luz adecuada, con el detalle que creas necesario.
Solo así garantizas que todo quede exactamente como lo esperas y evitas contratiempos tanto para ti como para nosotros.
Porque al final del día, un detallado impecable merece una revisión a la altura. ¡Nos vemos en la entrega de tu próximo servicio!
